Meditación
Es evidente e inevitable que los seres humanos pecamos, fallamos constantemente. Es imposible asegurar que vamos a dejar de equivocarnos, porque nuestra naturaleza nos lo impide. Sin embargo, cuando descubrimos que hemos pecado, es importante que confesemos inmediatamente nuestros errores, y nos apartemos de ellos.
Cuando iniciamos nuestro caminar cristiano y nos falta madurez, solemos negarnos a entregar a Dios aquellas conductas y prácticas que están mal. Solamente cuando ha sido evidente para todos que estamos en un mal camino y sufrimos las consecuencias, decidimos arrepentirnos. No obstante, nuestro Creador desea darnos un corazón que confiesa el pecado y se aparta inmediatamente, sin esperar a cosechar malos frutos.
En algunas ocasiones, cuando nosotros damos el primer paso en confesar los pecados y nos arrepentimos de corazón, Dios podría por su misericordia evitarnos algunas consecuencias negativas que debíamos recibir. Aunque no siempre es así. Lo más importante es que procuremos estar en paz con Él, y nos abrazemos a su perdón por medio de Jesucristo
Para Meditar
¿He entregado mi vida a Jesucristo, al confesar que Él es el Señor y Salvador? Si ya lo hice, ¿tengo un corazón que confiesa mis pecados apenas soy consciente de ellos, o lo pospongo?
La Palabra de Dios
Consideré mis caminos, Y volví mis pies a tus testimonios. Me apresuré y no me retardé En guardar tus mandamientos. Salmos 119:59-60
Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. 1 Corintios 11:31
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