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Dios habla a bajo volumen

Meditación

Dios puede hablarnos de muchas maneras y no está limitado como los seres humanos. De manera que Él puede hacernos llegar un mensaje como lo desee.

Sin embargo, es necesario saber que en ocasiones Dios habla "bajito" (a bajo volumen), por lo que es difícil oir su voz si no le prestamos toda nuestra atención. Si deseamos escuchar su voz y que Él nos indique lo que desea de nosotros, necesitamos enfocarnos en Dios, dejando las preocupaciones, quehaceres y otros pensamientos de lado.

En algunas ocasiones aprovechamos el tiempo para hacer nuestros deberes mientras pasamos tiempo con Dios. Por ejemplo, cuando leemos su Palabra y al mismo tiempo cuidamos a los hijos en el parque (quienes tienen hijos), si oramos cuando vamos en el automóvil camino al trabajo, o si escuchamos un audiolibro de la Biblia mientras cocinamos. Esto es positivo, pues es un espacio adicional para que Él nos hable. Pero lo ideal es que nuestro tiempo de meditación principal, lectura y oración sea en quietud, prestando toda nuestra atención a Dios.


Para Meditar

¿Estoy apartando un momento diario para estar realmente a solas con Dios para orar, leer y meditar en su Palabra? ¿O mis tiempos con Dios ocurren mientras realizo otras tareas o mi mente está pendiente de otros asuntos?


La Palabra de Dios

He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Salmos 51:6. 




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Meditación Dios desea darnos un corazón tal que nos diga qué hacer, y nosotros inmediatamente obedezcamos. Sin embargo, por naturaleza tenemos un corazón de piedra, a quien Él habla una, dos y muchas veces sin captar nuestra atención o provocar nuestra obediencia. Por cuanto Dios nos quiere evitar el sufrimiento que provocarán nuestras malas decisiones, en ocasiones permite situaciones difíciles en nuestra vida. De esta manera somos susceptibles a voltear nuestra mirada a Él, y empezamos a escuchar su voz y tomar decisiones que nos harán bien. Otro problema que aqueja al ser humano es que solamente buscamos a Dios cuando vivimos problemas o tristezas profundas. Solemos olvidarle en temporadas de éxitos y bendiciones, en lugar de agradecerle y acercarnos a Él. Pero Dios desea formar en nosotros un carácter que le busque de manera estable, tanto en días de éxtasis y felicidad, como en momentos de tristeza profunda. Por esta razón, permite pruebas y dificultades, para que no nos olvidemos...