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Los dioses del Corazón

Meditación

En el Antiguo Testamento, se cuenta gran cantidad de historias acerca de los dioses que los pueblos se creaban para sí. Es decir, objetos de madera, oro, u otro material, a quienes se les rendía culto en lugar del único Dios verdadero. Dicha práctica es totalmente condenada en la Biblia.

En el mundo de occidente, existen religiones que todavía se hacen dioses para adorarles. No obstante, tan perjudicial como los dioses materiales, son aquellos que nos hacemos en el corazón.

Un dios es cualquier persona o cosa que en nuestra mente y corazón toma el lugar que le corresponde a Dios. Por ejemplo, solamente Dios es nuestra felicidad, consuelo, adoración, confianza y esperanza. Pero podemos cometer el error (y pecado) de sentir que una persona nos hará felices (tal vez el cónyuge o una novia), de pensar que sin un familiar jamás podríamos vivir, de adorar al mejor jugador en la actualidad (como ha ocurrido en el pasado con Maradona, a quien hasta le hicieron una iglesia), entre otros.

Cada vez que fabricamos un dios en nuestro corazón, corremos el peligro de que Dios nos quite aquello, pues está ocupando el lugar del único Dios verdadero. Recordemos el caso de Abraham. A él, Dios le demandó sacrificar a su hijo Isaac, para probar si su Creador sería más importante que el hijo que esperó por 100 años. Cuando Abraham puso a Dios de primero, al obedecerle, entonces se le permitió conservar a su hijo amado.

Por tanto, si hoy somos conscientes de que un objeto o persona ha tomado el lugar de Dios en el corazón, corramos a pedirle perdón a nuestro Padre, y que Él derrame su gracia sobre nosotros para santificarle en nuestra vida.


Para Meditar

¿Hay algo o alguien que ocupa el lugar de Dios en mi corazón? Tal vez creo que sin aquello jamás podría seguir viviendo.


La Palabra de Dios

¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses. Jeremías 16:20

Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria. Isaías 42:8

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Venciendo el Temor del Hombre: Acercándote a Dios con Valentía

Bueno, resulta que algo en tu corazón te dice que la Biblia debe ser verdad, que deberías acercarte más a Dios. Dentro de ti quisieras tener el valor para hacerlo, pero luego hay algo que te frena... Piensas en todo el rechazo social que sufrirás, tus amigos dejarán de serlo, tus conocidos se alejarán de ti. Temes que ya no serás tan "cool" como antes, sino que tendrás pocos o nulos amigos (en tu mente es así), así que una vez más decides seguir con tu vida. Gloria de los hombres no recibo. Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? Juan 5.41-44 Se llama "temor del hombre", y es una de las principales razones por las que la gente no se acerca a Jesucristo en estos días. Toda la sociedad está construida alrededor de las modas ...

El Camino del Perdón: Cómo Afrontar y Superar Nuestros Pecados Según la Biblia

Todos hemos pecado. No existe persona en la tierra que sea perfecta, con excepción de Jesucristo, quien nunca cometió un error. Si así no fuera, no hubiera sido necesario que Jesús viniera al mundo a salvarnos. Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque. Eclesiastés 7:20 Si hemos creído en Jesucristo y le hemos hecho nuestro Señor y Salvador, tenemos un anhelo en el corazón de andar en sus caminos, de la manera que Él anduvo. Pero sabemos que en algún momento pecaremos, porque somos imperfectos.  Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1 Juan 1:8 Cuando esto suceda: ¿Qué debemos hacer?  Es importante que confesemos nuestras faltas directamente a Dios, sin ocultar (o encubrir) lo que sucedió. Encubrimos nuestro pecado cuando decimos frases como "yo no soy así, es que me provocaron", "es que si ellos no se comportaran de esa manera", "es que esa persona no debería provo...

No seamos como un Caballo o un Mulo

Meditación Dios desea darnos un corazón tal que nos diga qué hacer, y nosotros inmediatamente obedezcamos. Sin embargo, por naturaleza tenemos un corazón de piedra, a quien Él habla una, dos y muchas veces sin captar nuestra atención o provocar nuestra obediencia. Por cuanto Dios nos quiere evitar el sufrimiento que provocarán nuestras malas decisiones, en ocasiones permite situaciones difíciles en nuestra vida. De esta manera somos susceptibles a voltear nuestra mirada a Él, y empezamos a escuchar su voz y tomar decisiones que nos harán bien. Otro problema que aqueja al ser humano es que solamente buscamos a Dios cuando vivimos problemas o tristezas profundas. Solemos olvidarle en temporadas de éxitos y bendiciones, en lugar de agradecerle y acercarnos a Él. Pero Dios desea formar en nosotros un carácter que le busque de manera estable, tanto en días de éxtasis y felicidad, como en momentos de tristeza profunda. Por esta razón, permite pruebas y dificultades, para que no nos olvidemos...